sábado, 26 de noviembre de 2011

Carpe diem.

¿Cómo se puede echar tanto de menos algo que nunca has tenido? ¿Cómo puedes querer que vuelva algo que nunca a pasado? ¿Cómo puedes desear que ocurran momentos que nunca van a pasar? Y es que la mayoría de veces echamos de menos algo que nunca tuvimos y que, seguramente, nunca tendremos. Echamos de menos sueños, esperanzas, deseos... echamos de menos la imaginación que teníamos, las esperanzas de que sucediera algo que nunca pasó, porque hay tres cosas que se van y nunca vuelven: las palabras, el tiempo y las oportunidades. Entonces piensas que si tuvieses valentía de decir lo que piensas, o simplemente de realizar tus sueños, de lanzarte al vacío para ver qué ocurre, porque no hay nada que perder, solo hay mucho que ganar. Pero eso es lo que nos falta, valentía y fuerza. Y que desaparezca el miedo.
Así que un consejo: vive tu vida, sigue tus sueños, disfruta de cada momento porque cada momento es único y no se van a repetir, dos palabras: Carpe Diem.
Y sonríe, en cada momento, sin dudarlo, porque un día malo es solo un día y si algo duele nada es para siempre. Porque no te imaginas a la cantidad de personas que puedes hacer feliz con una sonrisa. Que en cualquier momento alguien puede llegar y enamorarse de ella.

domingo, 20 de noviembre de 2011

Espero que seas feliz.

Y las cosas que nunca fueron valoradas al final se pierden, y no me refiero a la frase esa de: "No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes" porque todos sabíamos lo que teníamos, pero nunca pensamos que pudiéramos perderlo. Pero es inútil luchar por algo que ya no tenemos y que nunca supimos valorar. Algún día esa persona nos echará de menos y entonces seremos nosotros los que ya hemos olvidado. Y será así, se dejará una gran amistad atrás, en el pasado. Y sólo quedarán recuerdos, recuerdos de buenos momentos, de lágrimas derramadas juntas, de sonrisas y carcajadas, de palabras malas o buenas, de secretos, de confianza, de momentos en los que con una simple mirada nos lo decíamos todo.
Pero son momentos del pasado, del pasado y nada más que del pasado, tú te has ido alejando poquito a poco de mí y yo sé coger las indirectas, me lo enseñaste tú. Voy a dejar de intentar atraparte, dejar de querer que vuelvas conmigo cuando te necesite, que seas mi hombro en el que llorar, porque ya no quieres nada.
Si algún día me echas de menos, piensa que hubo una vez, que siempre estuve ahí y no me valoraste, porque seguramente el día que me eches de menos, yo ya haya desaparecido para siempre, seguramente ese día, ya no me tengas, ya te habré dejado en paz.
Ahora me voy, me voy de tu vida, de la que antes era nuestra vida, me marcho con un solo deseo: "Que seas feliz".

martes, 15 de noviembre de 2011

...

Y llegué a casa, después de toda la tarde pensándolo, dándole vueltas, sin poder sacármela de la cabeza en ningún momento, mi abuela, sobre las 8 de la tarde, yo en el cine y ella en un quirófano, dormida, y yo con unas ganas de llorar terribles...
Más tarde, ya eran las 10, volví a casa, en el tercer piso, solo me quedaban dos tramos de escaleras, y entonces me entró el miedo... ¿y si la he perdido? No lo sé... las piernas me temblaban y los ojos se iban humedeciendo.
Entonces abro la puerta, mi madre, tan coherente como siempre, habla por teléfono, con mi padre...
-Ya pero... está bien... ¿no os dejan pasar?... es normal no te preocupes... tendrá que hacer un tratamiento.
Esa humedad de mis ojos fue a más pero intente ocultarlo.
Mi madre cuelga el teléfono, está en la puerta, va a bajar la basura:
-Mamá, ¿que ha pasado?
+Pues la han abierto y... haber la operación a salido bien pero está más extendido de lo que pensaban...
Mis ojos se empañan... ya no puedo ocultarlo
+Marina, un cáncer es un cáncer...
Y le cojo la basura de las manos, me tiembla el labio, intento aguantar las lágrimas hasta que la puerta se cierra pero casi no lo consigo, las lágrimas empiezan a caer, a caer como nunca antes habían caído, tenía miedo, tengo miedo. Deseaba no encontrarme con nadie, necesitaba estar sola, tiro la basura y vuelvo al portal, necesito un momento, no puedo subir a casa así, llorando... Intento calmarme pensar en positivo, pero es difícil...
Al rato consigo que las lágrimas cesen, subo, y en el tercer piso me detengo, suspiro, cojo fuerzas y entro en casa, soy fuerte, pero esto me ha marcado, me ha marcado mucho, para siempre...
Y ahora mismo puedo decir que las palabras que más me han marcado nunca han sido: "Marina, un cáncer, es un cáncer..."

sábado, 12 de noviembre de 2011

Luchar por algo imposible.

Luchar por un sueño imposible, y aún sabiendo que no puede ser sigues luchando, porque siempre te queda algo de esperanza. Pero es un sueño, un sueño sin hacerse realidad, un deseo, que te cantaría que sucediese, pero muchas veces no nos damos cuenta de que los sueños, sueños son. Y que por mucho que luchemos no sirve para nada. Pero mejor seguir persiguiendo ese sueño, porque si dejas de hacerlo no sabrás nunca si un día podría haberse hecho realidad.Y es que si tus sueños no te dan miedo es que no son lo suficientemente grandes.
Y sí, muchos luchamos por algo, y aún sabiendo que es imposible conseguirlo no dejamos de hacerlo, por miedo a perderlo para siempre. Si no sueñas, nunca descubrirás lo que hay más allá de los sueños.
Una frase que me dijeron una vez: No hay sueños imposibles, solo personas con miedo.

Mirar hacia delante..

¿Y qué mas da? Si los golpes que te dan la vida son solo golpes, que duran 1 o 2 minutos, aunque el dolor pueda durar hasta una semana, pasará, porque en esta vida nada es eterno, y es cierto. Y he aprendido que hay que seguir hacia delante, sonreír, no tener miedo de nada, por muy grande que sea, porque poquito a poco se hacen las cosas, y podemos vencer incluso al más grande... Con una sonrisa en la cara mirar hacia delante, sin temor, sin ninguna clase de miedo, porque lo único que consigue el miedo son lágrimas, lágrimas que no vienen a cuento, lágrimas o rabia, que la rabia te lleva a dar puñetazos a la pared, y acabar con más lágrimas que antes.
Así que un consejo: Sonriele a la vida, por mucho que cueste, sigue tus sueños, llega a tus metas, nunca te rindas y nunca tengas miedo.

viernes, 4 de noviembre de 2011

La vida es como un espejo, te sonríe si la miras sonriendo. :)

¿Y quién no ha estado mal una vez en su vida? ¿Quién no ha sentido que nada de lo que tiene se lo merece o que se merece más de lo que tiene? ¿Quién no se a sentido como una mierda un día cualquiera? Así, porque sí, te levantas con mal pie, y ese día piensas que nada seguirá la misma rutina que siempre, que todo saldrá mal, y sientes que no tienes fuerzas para nada, porque no merece la pena, porque estás segura de que hoy va a ser un mal día, y tú misma estropeas un día, que por haber pensado en negativo a sido un día cualquiera cuando podría haber sido día.
Y todo te sale del revés, la impaciencia de hablar con alguien te mata totalmente por dentro y cuando llega el momento que tanto esperabas, que tan nerviosa te tenía, tú simplemente giras la cabeza, podría decirse que por miedo.
Y ya no hay vuelta atrás, es un mal día, por mucho que intentes ocultarlo.
Pero hay una solución, hacer que ese mal día no se alargue, que no pase a convertirse en dos, tres días, una semana, un mes o incluso más, porque un día puedes permitirte no sonreír, pero si dejas de sonreírle a la vida, empezará todo a ir mal, porque si no sonríes no ves el lado positivo y no sabes qué es lo bueno de cada cosa, y es que una vez me dijeron: La vida es como un espejo, te sonríe si la miras sonriendo. Una gran verdad.