sábado, 29 de octubre de 2011

Dijiste adiós.

Veo como te alejas lentamente de mi, estiro el brazo para alcanzarte, pero no llego, ya estás demasiado lejos. No me doy por vencida y aún así continúo corriendo tras ti, pero no llego a tu lado. Duele ver cómo tan siquiera miras hacia atrás y de pronto llegas a un punto en el que el camino se bifurca, y tomas un camino, un camino del que no regresarás. Tomaré el mismo camino que tú con la intención de dejarme el aliento en la última carrera, alcanzarte y no dejarte continuar. Si hace falta, me arrodillaré y te pediré que continúes, pero de mi mano. Me mirarás con desprecio, moverás la cabeza de lado a lado, analizaras la situación y dirás adiós. Te echaré de menos como a la que más, pero te prometí un siempre, un siempre que cumpliré a rajatabla, permanezcas o no a mi lado y prometo seguirte la pista siempre que pueda, haré un agujerito en la pared y de vez en cuando me asomaré a él y al otro lado estarás tú, tan solo tendré que dar un paso hacia atrás y dejarte marchar para tenerte siempre al alcance de mi mano.-

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