jueves, 27 de octubre de 2011

Siempre hacia delante.

El mundo, la vida, la gente, todo en algún momento te da la espalda, porque nada es para siempre, y la felicidad muchísimo menos, porque cuando tu sonrisa es del todo sincera, cuando piensas que no puedes ser más feliz, que estás a un centímetro de tocar el cielo con las yemas de los dedos, las rodillas tiemblan, las piernas te caen y la sonrisa se sustituye por mil lágrimas, por esa sensación de soledad que sientes en una sala llena de gente, la sensación de que nadie te comprende, porque caer de golpe de un mundo tan lejano, en el que todo es perfecto a el mundo real, en el que todo duele y con todo el cuerpo dolido seguir hacia delante, porque a pesar de todo la vida sigue, y por muy mal que te sientas tienes que encontrar esa mínima esperanza que te hace continuar, esa mínima tontería que te hace sonreír a pesar de todo. Que hay que continuar coño, que hay que plantarse con dos ovarios y continuar sonriendo, mirar siempre hacia delante, por muy malo que sea lo que hay detrás.

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